4 de noviembre de 2009

Mi tiempo, tu tiempo, su tiempo










En ocasiones tendemos a ser algo puñeteros y ésto corre el peligro de acentuarse conforme vamos cumpliendo años; y digo esto porque a lo mejor el problema que planteo es más una manía mía, una simple susceptibilidad que algo mal enfocado, pero como realmente me quema lo voy a contar aquí.

Se trata de esa costumbre, arraigada en bastante gente, fundamentalmente altos y medianos cargos de las administraciones, ejecutivos varios y hombres de empresa, de llamar por teléfono a través de su secretaria, de tal manera que uno recibe la llamada diciendo que "Don Fulano quiere hablar con usted" y tiene que esperar, en ocasiones incluso más de la cuenta, hasta que el tal Don Fulano -que puede ser Doña Fulana, paridad manda- decide ponerse a contarte lo que quiere o necesita.

A mí cada día me enciende más esta costumbre, fundamentalmente porque la impresión que uno saca es que el otro considera -cuando menos "de facto" que su tiempo es más valioso que el tuyo, que eres tú quien tiene que esperar ...cuando quien ha llamado es precisamente el que lo hace vía intermediario. Suelo sentir ganas de cortar la comunicación, pero me parece grosero, también de soltarle una "fresca", pero me faltan "bemoles", a lo mejor una ironía, pero no suelo tener la rapidez necesaria. Y al final acabas la conversación y o te quedas con el mal sabor de boca de haberte sentido ninguneado o ese día estás más suave y lo has perdonado.

Tengo bien claro que esto no es un drama, además de que en determinados casos puede estar justificado por la condición de quien llama o por las circunstancias del momento, pero como regla general me postulo en contra de este planteamiento. La razón de esta forma de actuar puede ser simplemente la costumbre, el uso habitual,pero en ocasiones pienso que detrás de todo se esconde una doble perversidad: la de funcionar sin pensar en el otro y la de creerse demasiado importante; y quien incurre en esto se equivoca: porque el tiempo ajeno es tan válido como el propio y porque, eso lo tengo cada día más claro, pueden existir personas más trabajadoras, más responsables, más leales o más solidarias, pero no más importantes.

Es ésta una opinión planteada desde cierta icineración, pero puedo asegurar que no desde la visceralidad; estoy seguro de que pueden aparecer opiniones contrarias muy enriquecedoras, y posiblemente otras aún más radicales. La verdad es que espero con interés la opinión de todos los que quieran aportar algo.


14 comentarios:

Consuelo dijo...

Hola Modestino, comparto totalmente tu opinión. Esos que hacen esperar telefónicamente también suelen ser de los que de la misma manera hacen esperar en entrevistas en persona, porque "son importantes" y tú, no, has corrido para llegar, has dejado un trabajo a mitad y estás en situación de "ni se muere ni cenamos". Es algo parecido a lo que tú alguna vez has dicho de "hay quienes han nacido para ricos y quienes para pobres", ellos son los ricos... En cambio, como decía otro "los pobles siempre esperan", en el ambulatorio, en la cola del INEM.... etc. etc. Yo creo que he nacido para pobre, pero lo prefiero y espero disfrutarlo y no amargarme por tener que esperar.
Bueno.... besos
Consuelo

Suso dijo...

Durante años tuve traro con un hombre de las altas finanzas. Siempre que me llamaba él lo hacía a través de la secretaria.

Lo que me molestaba era que una vez tratado el tema de la llamada te colgaba dejándote con la palabra en la boca. i se despedía.

Un día me cogió en caliente y le volví a llamar y se lo comenté , "oye, ¿sabes que quedas fatal con colgar sin despedirte?

A los pocos días estaba en su despacho y le pidió a su secretaria que le trajera un listado de las llamadas telefónicas que había hecho el día anterior.¡¡¡Era alucinante!!!, se conrtaban por centenas.

Me explicó que la mayoría era de temas profesionales, por eso no se despedía ( era el amo)

De todas formas, le comenté, se te ha quedado el vicio de no distinguir las personas de los banqueritos que te llaman - tampoco debería hacerlo- y pareces un chulo .

Modestino dijo...

Pues sí Consuelo, hay quien nace para rico y hay quien nace para mandar. Aunque en este tema de las llamadas vía secretaria también se ha añadido algo de "usus fori": hay quien lo hace por costumbre, sin afan prepotente expreso ni tácito.

Suso, uno de los problemas de la gente superocupada puede ser la deshumanización: hasta los amigos corren el peligro de convertirse en una más de sus relaciones comerciales.

Yo tuve un Jefe que cuando alguien le llamaba a través de su secretaria colgaba directamente el teléfono, pero me temo que hacer eso es meterse en cruzadas inútiles.

ana dijo...

Para mí, una de las faltas de respeto hacia las personas es precisamente esa... la de no respetar su tiempo. Creo que es lo más valioso que puede tener una persona. Luego, no se lo hagas gastar esperándote, que nadie tiene la suficiente categoría personal como para hacer que el otro pierda su tiempo.

A raíz de esto viví el otro día una anécdota. Un paciente joven estaba programado para ser dado de alta ocn un informe provisional. El residente se estaba haciendo de rogar, y consideraba que quizá en vez de hoy el alta se la daría mañana. Todo porque no había hecho el informe aún. El paciente estaba deseando irse para su casa.

_ DR. X, ¿tiene ya el informe?

_ No. Pero estoy valorando darle el alta mañana. Quizá se la dé mañana.

_ ¿Por qué? Dele un informe provisional. El lunes ya se hará el otro.

_ Bueno, tiene un diagnóstico con muy mal pronóstico.(Me ofrece toda una retahila sobre la realidad diagnóstica del paciente)

_ ¿Y qué?. El se encuentra bien y quiere irse a su casa. Además por mucho que se quede aquí, el pronóstico no va a cambiar. Él lo desconoce, y disfrutará mucho más en su pueblo que aquí. El quiere ese tiempo en otro lado.

_ Bueno Ana, te digo que es grave lo que tiene. Le quedan estadísticamente pocas probabilidades.

_ ¿Y?... ¿Quieres decirme que a lo mejor en tres meses ya no está con nosotros?... Pues más a mi favor. Imagínate lo que vale un día en las circunstancias de esta persona, Y QUE LO TENGA QUE DAR POR PERDIDO PERMANECIENDO EN ESTE LUGAR... Por favor, olvídate de los astrocitos... y recuerda la luz, el sol... y todo lo que se puede hacer en un día cuando estás libre en tu casa... Y si nos ponemos en lo malo, si en casa ocurre algo inesperado... pues qué quieres que te diga, incluso habría que dar gracias, tú mismo dices que tiene muy pocas posibilidades. No merece pasar por algunas cosas si el destino es el mismo, pero por un camino más largo y tortuoso. Así que deje actuar a la vida, por Dios... Deje a este joven ser el dueño de su tiempo, del poco tiempo que le queda.

El paciente pudo irse. Era de mi pueblo, y lo saludé esa misma tarde. Estaba contento.

Lo más grande que tenemos es el tiempo que nos está siendo dado. Por eso me parece tan grave hacérselo perder a alguien...
... me ha encantado la denuncia de tu post.

Modestino dijo...

Gran testimonio, sí señor.Hay que humanizarlo todo o nos volveremos máquinas, robots, seres sin alma.

annemarie dijo...

Modestino, Ana,
divertidísimo, eso de evitar las cruzadas inútiles. Ana, me encanta lo que piensas sobre el respecto por el tiempo de los otros, me encanta! Un enorme abrazo!

Asier dijo...

Modestino, eso no tiene que ver nada con ser rarito o puñetero. Eso tiene que ver con la logica y saludable indisposicion hacia la desconsideracion (que, desde mi punto de vista, es mucho mas irritante que la mala educacion; esta ultima puede obedecer a un domesticaje socialmente util; la otra la lleva uno en si mismo).
A mi, que no sopy precisamente el mas fiero del mundo mundial, eso me irrita estratosféricamente. Y tambien me ha tocado aguantar lo que me comentas. Mi respuesta es, casi invariablemente, que cuando encuentre un segundito para ponerse él y no haerme esperar que lo haga (redios, qué valiente soy).
Comento en el post porque justo ayer hablaba con un amigo que tiene el trabajo-trampa de responsable de agencia de este mismito tema.
Saludos, caballero

Modestino dijo...

Siempre bienvenido a esta casa, Asier. Efectivamente, yo también lo considero una desconsideración, pero sigo pensando que no todos los hacen a conciencia, hay quien simplemente lo hace porque le parece lo normal. Y no lo excuso del todo, porque somos mayorcitos para darnos cuenta de que podemos molestar.

ana dijo...

Perdona Modestino que utilice tu casa para saludar a Asier...


... ¿eres el Asier de antaño?... ¿el que comentaba hace tiempo por estos lares, y en Máster en Nubes y en El Barullo... y en Pensar de Oficio...?

Si eres tú, supongo que ya habrás tenido a tu peque, si no me confundo de Asier... en fin, si no lo eres, mil perdones, pero si lo eres... me alegraría saber que todo al final fue bien... y que vuelves a retornar por estos lares. Un saludo.

Gracias Modestino, por el inciso.

Modestino dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Modestino dijo...

Encantado de que el blog sirva para estos reencuentros. Yo también espero que todo fuera bien.

María dijo...

Pues aunque estoy de acuerdo con parte de la entrada y que hacer esperar de esa manera (o no despedirse como se dice en algún comentario)es una falta de educación tremenda.

Pero yo lo hago a veces. Suelo llamar personalmente pero hay ocasiones en que es imposible localizar a la persona en cuestión (proveedor, cliente) tras llamadas y llamadas (está reunido, está al teléfono, ha salido... llame un poco más tarde) y delego la llamada para tratar de localizar a quien sea... El tiempo de esa persona es importante, pero el mío también, y lo que hay que intentar es administrar bien el tuyo y respetar el del otro...

Máster en nubes dijo...

Comprendo que hay gente que "tiene" que tener secretaria y hacer las llamadas a través de ella, pero es un verdadero incordio lo que dices, y a veces yo creo que la gente no hace sus llamadas personalmente por aparentar, la verdad. Es una pérdida de tiempo ajena y propia también. Y otras veces está el tema de decirle a alguien que no puedes hablar en ese momento, que realmente no puedes, que si es algo rápido ok, pero que si no que mejor después. Difícil también hacerlo a veces. Un abrazo

Modestino dijo...

Ya dije desde el principio que no quería radicalizar, Rocío: hay casos y casos. Evidentemente en una relación proveedor-cliente o similares, muy posiblemente no hay más remedio.