30 de noviembre de 2009

Paz en Tarraco




Andaba estresado y necesitado de cambiar de aires, y qué mejor ocasión para desintoxicarme que un par de días en Tarragona; la nostalgia, el clima y los amigos me han permitido recuperar oxígeno, reverberar el pasado y disfrutar de la vida y de la calma. No se equivocaban los romanos cuando eligieron Tarragona como lugar donde pasar las vacaciones; allí hay sosiego, una temperatura que por las noches se convierte en un tesoro si tenemos en cuenta que estamos casi en diciembre y en cada rincón uno encuentra algo que le evoca tiempos inolvidables. Y todo ello, a pesar de las petroquímicas.

El Balcón del Mediterráneo y el Paseo de las Palmeras, esa magia nocturna de la Plaza de la Font, el Foro Romano, el Puerto, la calle Apodaca, aunque no sea precisamente un modelo de modernidad, la Plaza Verdaguer y esa Rambla que se ha prolongado hasta el Hospital Juan XXIII en una imagen que es completamente nueva para quien se marchó hace ya más de ocho años de esa ciudad mediterránea y abierta.

Aproveché para comer con un viejo conocido, cercano a lo 80 años y con una experiencia abundante acerca del mundo y de la gente tras más de 30 años de director de una fábrica muy importante; una ocasión para aprender de la vida, de la experiencia, del mundo. Comimos en "La Goleta", un restaurante sito en la Playa de los Capellanes de Salou al que no iba desde que me fui de esa tierra; me alegró comprobar, en vivo y en directo, que sigue como en sus mejores momentos, con un encargado que sabe de que va el tema y todo un muestrario de platos que estaban de primera. Hablamos de muchas cosas y me reafirmé en la necesidad de mantener una mentalidad abierta, huir del radicalismo y el enrocamiento y buscar lo bueno de cada uno. Me comentó una frase que le había gustado del último escrito del arzobispo de allí: "Las verdades se proponen, no se imponen", que no está mal.

También saludé a Antoni, el antiguo director del "Diari de Tarragona", un hombre bueno y amable que, tras jubilarse como periodista, sigue colaborando con su periódico con su famosa "Plumilla" y está entregado de lleno a una actividad social con marginados y transeuntes; Antoni es toda una demostración de cómo la bondad y la voluntad de servicio son suficientes para arraigar un prestigio y convencer y tener a favor a los unos y a los otros.

Volví de nuevo a desayunar en el "Néctar" y a tomar la cañita en el "Florida", como si el tiempo se hubiera parado, como si siguiéramos viviendo ayer; y comprobé que el Mercado y la Iglesia de San Juan andan en reformas, que "El Corte Inglés " no tardará en estar terminado justo enfrente de donde estaba mi casa, que la Plaza Imperial Tarraco sigue siendo el lugar de encuentro, y la Rambla Nova a arteria principal, que los veladores del "Moto club" y del "Leman" siguen llenándose de "pijos", de esos pijos de Tarragona que tienen barquito y negocian con relojes de lujo. Y me encontré con Jesús, cordial y pausado, y con el viejo forense, que pasea su jubilación con la misma rapidez con que despachaba a los pacientes, con viejos compañeros de trabajo, con Xavier e Isabel, ya en la prórroga de la cañita de los viernes.

Y el sábado cené en el desconocido para mí "Rincón del maño", ¿qué mejor colofón?, con Celes e Isabel, los mejores anfitriones y con Paco y Gemma, personajes divinos que traían buenas noticias. Gracias a todos ellos, todos imprescindibles para devolver el tono, para recuperar el aire, para regresar a la batalla de cada día.



11 comentarios:

ana dijo...

Los dientes largos, nos has dejado... supongo que la semana la empieza pletórico.

Claro, que así, cualquiera.

Saludos!!

sunsi dijo...

Qué bonito lo has relatado, Modestino. Te ha cundido, a pesar de que el tiempo no ha acompañado.

Quien ha vivido en Tarraco, siempre quiere volver.

Preciosas fotografías que hacen justicia a esta bella ciudad mediterránea. ¿Has visto el pirulí donde acaba President Companys? Tiene muchos detractores. A la gente que vive por allí no le gusta nada.

¿Celes...(tino)? Hay pocos con este nombre y yo conozco a uno. Tal vez el mundo, en este caso, sea un pañuelo. ¡¡¡Antoni!!! Todos los calificativos se quedan cortos. Aprecio tanto a Antoni... Llega gente nueva, se va... pero él permanece. Es el pilar del "Diari".

Me alegro de que hayas acumulado fuerzas en "nuestra" Tarraco para seguir en la brecha.

Un afectuoso saludo

Modestino dijo...

El tiempo acompañó hasta el domingo por la mañana, que fue cuando me fui.

Sí, me llamó la atennción el Pirulí .... siempre será mejor que lo que había antes;).

Suso dijo...

El primer señor del que habla es un tipo de los que dejan huella. Recuerdo que, con mucha guasa,me comentó que invitó a un conocido de los dos-tuyo y mío-a comer a un restaurante cerca de la playa.¡No se le escapa una!: le llamó la atención que fue a sentarse de espaldas a la vista de la playa y de unas señoras estupendas en bikini que la adornaban detrás del comedor.

"Un ejemplo, sí señor", afirmaba divertido.

Leyéndote me preguntaba dónde te sentarías tú en los Capellanes;)...¡Gran tipo!

Modestino dijo...

Yo me senté cara a la playa, ... por indicación suya. Pero no sufras, que la playa estaba vacía.

Sí, es un gran tipo, le debía una llamada después de ir varias veces a Tarragona sin decirle nada. El año próximo cumple 80 y sigue en buena forma.

Brunetti dijo...

El 'Pirulí' al que hace referencia Sunsi es una gran torre de metal que se llama, en realidad, "La Rosa dels Vents" (La Rosa de los Vientos), está enclavada en el centro de una rotonda o glorieta y, de noche, va cambiando de color.

Ya sé que tiene muchos detractores, pero a mí me gusta (mucho más, si tenemos en cuenta que antes aquello era un barbecho), y estoy seguro de que, con el paso del tiempo, se convertirá en uno de los símbolos de Tarragona: en un extremo de la Rambla, el Balcón del Mediterráneo; y en el otro, La Rosa dels Vents. Kilómetro y medio de agradable paseo (o bulevar, como se les llama ahora a esas calles anchas y arboladas).

Aunque no haya tanto ambiente ni jolgorio como en Las Ramblas de Barcelona, a mi parecer, la de Tarragona es arquitectónicamente mucho más hermosa. Quien no se consuela....

Modestino dijo...

Sí señor, Brunetti ... generalmente cuando hay alguien innovador suele tener al principio sus detractores; ha pasado con e Paseo de la Independencia de Zaragoza y pasó en su día con Coby .... que al final resultó ser mucho mejor que Naranjito ...

Máster en nubes dijo...

!ué gusto pasarlo así de bien y qué bien lo cuentas. Es bueno salir y oxigenarse de tanto en cuanto. Un abrazo, jurisconsulto.

Aurora

Modestino dijo...

Hay que saber encontrar el momento y el sitio adecuado para ese "oxigenarse" ... que cada uno tenemos el nuestro.

O sacamos los demonios que llevamos dentro o nos consumen.

annemarie dijo...

Gran reportaje, apetece conocer Tarragona! :))

sunsi dijo...

Con tu permis, Modestino.
Brunetti. A mí me parece bien "La Rosa dels vents". Es... distinto, pero bonito. La Rambla... ni comparación con las Ramblas. Por supuesto. Una paseo que te lleva a un Balcón prácticamente encima del mar... ir a "tocar ferro"... parada en la heladería "Rafa" y el paseo de Las Palmeras... que te lleva al Anfiteatro romano...etc...

¡Qué bonita es Tarragona!