3 de marzo de 2010

Unas cuantas novelas de intriga



A lo largo de los últimos meses, más o menos desde septiembre, he ido intercalando en mis lecturas habituales algunas novelas policíacas, de esas a las que uno acude para momentos en que necesita más entretenerse que pensar. Aprovecho un hueco de ideas para hacer una valoración, como siempre absolutamente subjetiva, de cuatro de ellas.














"Inmoral"
Brian Freeman
Ediciones B. Barcelona (2007)
420 páginas




El teniente Jonathan Stride está sufriendo un desagradable episodio de "déjà vu". Por segunda vez en un año, una guapa adolescente ha desaparecido de las calles de Duluth, una pequeña y apacible ciudad a orillas de un lago. Las víctimas no pueden ser más diferentes; primero fue la dulce Kerry McGrath y ahora se trata de Rachel Deese, una chica problemática y seductora. Los medios presionan a Stride para que capture a lo que consideran un asesino en serie, pero él, atormentado por la pérdida de su mujer y por su incapacidad para resolver el caso de Kerry, no cree que la solución sea tan sencilla. De hecho, según va desvelando los entresijos del caso de Rachel, advierte que se trata de algo mucho más complejo y maléfico.


Había oído hablar muy bien de Brian Freeman y no me ha decepcionado, en absoluto. Está a la altura de los grandes escritores USA del thriller policíaco: Coben, Crais, Connelly, ... incluso en su tratamiento del juicio que tiene lugar en el ecuador de la novela he encontrado ciertos aires del Grisham de "Tiempo de matar" o de "El Jurado". Cuando se trata del género policíaco hay que pedir dos cosas: que esté bien escrito, que no sea un pastiche y que te mantenga la atención de principio a fin, e "Inmoral" cumple con creces ambas exigencias.

Se trata, por otra parte, de una novela con personaje fijo; en concreto es la primera entrega del inspector Jonathan Stride de Duluth, una pequeña localidad situada al norte de Minnesota. El libro tiene la virtud de no limitarse a narrar un episodio de intriga, sino que entra en la psicología de los personajes y nos cuenta su vida, sus preocupaciones y sus pequeños y grandes dramas.

Me ha llamado la atención en "Inmoral" el desarrollo de la trama, pues no se trata, como en tantas ocasiones, de un argumento lineal, con crimen, investigación y desenlace, sino que a lo largo de las más de 400 páginas del libro no solamente se complica el nudo del asunto, sino que se van acumulando nuevos sucesos e intercalando investigaciones, con aparición de otros personajes. Conseguir hilvanar una obra literaria de este modo tiene su mérito y es algo que debemos reconocer a Freeman.













"En las redes del pasado"
Thomas H. Cook
Ediciones Urano. Barcelona (2008)
248 páginas


Han pasado veinticinco años desde que Roy Slater abandonara el condado de Kingdom. Veinticinco años desde que su hermano Archie asesinara a los padres de la chica con la que salía para acabar ahorcándose en la celda en la que esperaba juicio.

Ahora, la noticia de que su padre sufre un cáncer terminal lleva a Roy a volver a casa. A reencontrarse con su amigo Lonnie, hijo del temible sheriff Wallace Porterfield, y sobre todo con Lila Cutler, su gran amor de juventud.

Pero el hallazgo de un cadáver en las colinas amenaza con reabrir viejas heridas. Y Roy no tardará en descubrir que en Kingdom las deudas de sangre no caducan y que alguien debe pagar por ellas tarde o temprano.


Ya he contado en ocasiones que hay libros que me llaman la atención con la simple visión de la carátula y lectura del argumento; evidentemente, con tan simple bagaje corro el riesgo de equivocarme, algo que en ocasiones ha ocurrido, pero tiene la contrapartida de hacer buenos descubrimientos, como ha sido el caso de Thomas H. Cook, un hombre que nos habla de aventuras de zonas de los Estados Unidos, que nos mete en un ambiente mucho más primitivo y menos sofisticado que el que observamos en las novelas que nos transportan a Manhattan, Washington o Los Angeles. Como bien dice la publicidad del libro, éste se convierte en "un thriller de carreteras polvorientas y personajes memorables".

Cook nos muestra unos personajes muy bien dibujados, con una psicología interior que describe con acierto, y que, como se puede entender con el título de la obra, están condicionados por trágicos acontecimientos del pasado. Por otra parte, el ambiente sórdido y primario de los lugares y de las gentes que allí viven ha supuesto un incentivo y una novedad para mi lectura. La poca extensión de la novela ayuda también a leerla con agrado.















"Una muerte sencilla"
Peter James
Roca Editorial. Barcelona (2006)
472 páginas


Primera novela de la serie de misterio del detective Roy Grace, un hombre atormentado por el recuerdo de su mujer muerta. Grace recibe una llamada de auxilio de Ashley Harper, una joven que, tres días antes de su boda, no sabe dónde está su prometido. Para colmo, algunos amigos de éste han aparecido muertos. Algo extraño ha sucedido durante la despedida de soltero, pero la única persona que sabe algo no tiene intención de hablar… al menos de momento. Quizá encuentre alguna razón para explicar lo que sabe, un motivo que nadie imagina; ya se sabe que la desgracia para uno es la fortuna para otro.

Hacía tiempo que me rondaba por la cabeza leer un libro de Peter James; tengo en buena consideración a los escritores británicos dedicados a la novela policíaca y me atraía el hecho de que este autor hiciera lo que se llama novelas de personaje: el protagonista lo es también de unas cuantas más.

En este caso, el personaje principal es el inspector Roy Grace, y "Una muerte sencilla" la primera entrega de esta saga. Grace responde al tipo de detective inquieto, con un pasado no exento de misterio que le dota de un cierto halo especial. Junto a Gray van desfilando unos cuantos miembros de la policía inglesa.

Comencé el libro con ilusión y en sus primeros capítulos la cosa iba bien y mi atención estaba captada; el argumento era introducido habilmente, además de estar dotado de cierta originalidad. Pero conforme avanzaba la lectura topé con dos problemas que redujeron ese inicial entusiasmo: el autor complica demasiado la trama con unos rodeos que posiblemente sean innecesarios y el libro comienza a hacerse demasiado largo: casi 500 páginas pueden convertirse en muchas para una novela de intriga y se corre el riesgo de hacerla perder "chispa".

Peter James, que ya había escrito con anterioridad a éste un libro titulado "Posesión", recurre con frecuencia a temas escatológicos y en esta ocasión incluye la presencia de una "medium", algo que, en mi modesta opinión, quita credibilidad a lo que se nos cuenta. En definitiva, la primera entrega del inspector Grace ha sido fallida, ya veremos si hay otra oportunidad.















"El último cliente"
Jacinto Rey
Viceversa. Barcelona (2009)
250 páginas



Una madrugada, una mujer aparece ahorcada en una barcaza en un canal de Ámsterdam. Todo apunta a que se trata de un suicidio. La inspectora Cristina Molen, de la brigada criminal de la ciudad, se hace cargo del caso. Esa misma mañana se descubre el cadáver de una prostituta en una sórdida habitación de hotel. La inspectora intuye que ambas muertes están relacionadas, y que en este caso nada ni nadie es lo que parece.

Jacinto Rey era un nombre nuevo en el panorama de la literatura negra española y sentí curiosidad por valorar su primer libro en el género; me habían gustado mucho los dos anteriores "debutantes" nacionales que habían pasado por mis manos, Domingo Villar y Rosa Ribas, y aunque creo que no está a la altura de éstos su libro me pareció una aceptable novela de intriga. Aunque Rey es español, está afincado en Francia y desarrolla la trama novelesca en Amsterdam, donde trabaja su personaje protagonista la inspectora Cristina Molen.

"El último cliente" tiene, desde mi punto de vista, dos virtudes notorias: es una novela ágil, que lees con interés y sigues sin complicaciones, con unos diálogos directos y rotundos a la vez que nos presenta una buena galería de personajes bien descritos que, sin duda, enriquecen el libro. Por el contrario, cabe hablar de una excesiva austeridad narrativa: no hay grandes descripciones ni recursos literarios destinados a adornar la obra, a lo que cabe añadir que el hecho de haber ambientado en Amsterdam el argumento no se aprovecha para darnos una idea del ambiente y peculiaridades de la capital holandesa.


5 comentarios:

Tintin dijo...

Thank you again.
Educadamente, nos has dicho que la más floja - porqué será - es la del spanish.
Estoy empezando a odiar la lluvia.No es poético pero es cierto.

Modestino dijo...

No te sabría decir cual es la más floja, tampoco me entusiasmó la de Peter James, y eso que me encatan los autores británicos del género: P.D. James. Susan Hill, Ruth Rendell, Peter Robinson, Ian Rankin, ...

En España tenemos muy buenos escritores de novela policiaca, los dos últimos descubrimientos han sido Domingo Villar -inmejorable "La playa de los ahogados"- y Rosa Ribas, pero no podemos olvidar a Lorenzo Silva, que acaba de sacar una nueva entrega de Bevilacqua y Chamorro, que ya no son Sargento y Cabo, sino Brigada y Sargenta, o a Eugenio Fuentes, Juan Madrid y, por supuesto, Francisco González Ledesma.

veronicia dijo...

resulta que hay dias extraños como hoy en que recuerdo como he devorado un libro tras otro... todo novela negra, en todos se resuelven asesinatos, misterios .Los protagonitas tienen un estilo propio un atractivo solitario... en esos dias que he empezado un libro y me he sumido absorta en el, ni la comida, ni el trabajo ni nada me han apartado de su compañía. Esto me recuerda la primera lamina de Don Quijote...

Modestino dijo...

Hay libros que se pueden devorar, pero otros hay que saboerarlos poco a poco, porque si corres te pierdes la mitad de su ecnato. Es lo que pasa con el que estoy leyendo ahora: "Ángulo de reposo", de Wallace Stegner, una magnífica novela que ganó el Premio Pulitzer en su día y de la que no se desaprovecha una página.

Otros, en cambio, los puedes devorar de una "tacada".

novela policiaca dijo...

No quiero parecer demasiado condescendiente, pero me ha encantado este blog.