25 de marzo de 2010

Arco Iris



Ayer tocaba jornada zaragozana; venía un "jefe-jefón" de Madrid y tuvimos sesión continúa: conferencia, reunión y comida, esta última en la Cafetería "Canfranc", donde por cierto están de semana griega y nos ofrecieron un menú "ad hoc" que estaba sorprendentemente bueno. A la salida comenzó a llover copiosamente en la capital de Aragón, ese tipo de lluvia compatible con el sol que consigue que veas caer perfectamente el agua, abundante, y se cree en la calle un ambiente refrescante y hasta luminoso.

Me recogió el coche en la Plaza Paraíso y ya de regreso hacia Huesca me dí cuenta de qué había salido el Arco Iris; me encantó ese momento, no se si porque el día estaba siendo aburrido y poco fructífero, porque hacía tiempo que no lo veía, o simplemente porque uno necesita de esos momentos tan simplones como emotivos, que posiblemente tengan tanto de poéticos como de cursis pero que frecuentemente nos vienen tan bien y despojan el alma de las miasmas que aporta la rutina, las frustraciones y el cansancio.

He recordado mi infancia, cuando un acontecimiento que ahora nos suele pasar desapercibido como la salida del Arco Iris, tenía tanto de especial, de mágico, de maravilloso; es cierto que es la época de la ingenuidad, de las ilusiones pequeñas, de las velas en la tarta, de las cartas a los Reyes Magos, que ahora ya nos hemos dado de bruces con la cruda realidad en demasiadas ocasiones, que posiblemente no tenemos ni tiempo ni ganas de emocionarnos con los fenómenos de la naturaleza ... Pero de vez en cuando me parece que nos conviene invertir un poco en estos ratos perdidos en los que somos capaces de recuperar el frescor de darle cabida a la ilusión ante algo tan sencillo.


10 comentarios:

ana dijo...

Yo creo que ocurre... que en esos instantes, volvemos a tener el equilibrio de la niñez. Encontrar y dejarse llevar por momentos así muchas veces nos sorprende, sí, entre lo cursi y lo poético... pero allá juicios... se está más que bien...

Creo que mucho de lo que nos pasa es eso, que perdemos la capacidad de observar las maravillas simple que están a nuestro alrededor, que estamos demasiado preocupados por el traje que ven los demás en nosotros, y no dejamos que salga el traje que verdaderamente sostenemos.

Y creo que las cosas sencillas, son de veras, las que sacan lo mejor para nosotros. Lo creo certeramente.

Un abrazo Modestino, estupendo arcoiris. Aquí también llueve.
;))

Modestino dijo...

Muy porfundo eso de estar "demasiado preocupados por el traje que ven los demás en nosotros" ... habríamos de recordarla a diario.

Y me ha hecho pensar eso de "creer certeramente" ... fundamental el adverbio.

sunsi dijo...

El arco iris...después de la lluvia. Preciosa estampa, Modestino.Ha escampado la tormenta y la tierra luce más hermosa. Pero vamos tan deprisa que pensamos: no tengo tiempo para apearme y contemplar. Para contemplar y recordar los episodios sueltos de nuestra existencia... que quedaron marcados y envueltos por un arco iris.

Estas maravillas de la naturaleza son gratis y se nos ofrecen sin pedirlas.

Gracias y un saludo, Modestino.

Modestino dijo...

Recuerdo que en Tarragona oí llamar "Camacus" a los de Barcelona que pasan por Prades, el Matarraña, Cornudella o el Priorat, paran el coche dicen "Que macu" y siguen su viaje sin valorar un ápice la belleza del paisaje.

tomae dijo...

Modestino, ¡es verdad!, Personalmente me he dado cuenta de que el Arco Iris es un fenómeno, cuando "me" lo descubren mis hijas...

Ellas me recuerdan cuanto hay de "fenómeno" en cualquier aspecto cotidiano que de alguna forma hemos olvidado apreciar.

veronicia dijo...

Abro mi caja secreta y encuentro “mis tesoros” acumulados en mi infancia: una piedra que cogí en un viaje, un dibujo en un cartoncito que hizo mi hermana pequeña, una figurita de belén que me regaló mi abuela, canicas (ganadas con tanto esfuerzo) mis favoritas… y así uno tras otro objetos que solo tienen significado para mi; y la niña que me mira desde el fondo del espejo me sonríe cómplice…
Quiero sentarme a ver atardecer en el mismo lugar donde lo hacia al regresar de la escuela …recoger unas flores para mi madre…

sunsi dijo...

Esta se la cuento a mi padre, Modestino. Les tiene una simpatía a los de la capital... Verás tú la punta que le saca...

Gracias y saludos

Modestino dijo...

Cuentaselo, pero seguro que lo sabe: es más, no te extrañe que se lo oyera a él mismo.

tintin dijo...

Ser capaz de pararse, respirar, mirar el arco iris y disfrutarlo, es ya un ejercicio maravilloso para darnos cuenta de que sólo se vive una vez y hay que sacar jugo hasta lo más cotidiano, habitual y aprendido.

Ya me contarás más despacio eso del jefazo.

Hasta pronto.

Modestino dijo...

Sólo se vive una vez y demasiado deprisa.

El Jefazo era de los asequibles, de los que pisan el suelo;)...