19 de enero de 2011

Mi reino por un bocadillo



Hablar de un bocadillo es hablar de una auténtica leyenda; por ejemplo ¿quien no recuerda aquellos que nos ponían nuestras madres para tomar en el recre?, podían ser de tantas cosas: chorizo -de Pamplona o, más fino, de la marca "Revilla"-, salchichón o mortadela, incluso aparecían el queso manchego o el jamón serrano en días más señalados, sin olvidar los productos "untados", como el foie-gras o la sobrasada, incluso la nocilla. También había ocasiones que el bocadillo llevaba una pastilla de chocolate en su interior, concepto más propio de horas de merienda. Y nada más típico que los bocadillos que uno veía portar a primera hora de la mañana a los currantes de la época envueltos en papel de periódico, que no se porqué tendías a intuir que eran de sardinas, con el aceitillo que rezumaba entre las noticias de la bomba de Palomares, los goles de Amancio o el éxito de Massiel en Eurovisión.

Pero los tiempos cambian, y la comercialización ha llegado incluso al comercio del bocadillo. Los "MacDonalds", "Pans & Company" y otras franquicias parecidas han impuesto unos "bocatas" que tienen bastante de impersonales, y hace ya años que al niño medio le han engañado con los inventos de las hamburguesas y salchichas de Frankfurt vete a saber de qué composición, las patatas fritas a granel y las salsas semiartificiales.

Pero siempre quedarán los de siempre, quienes son capaces de mantener el nivel e incluso sorprender y deleitar desde la sofisticación. Uno ya va teniendo años, y pueden estar cercanos los tiempos en los que uno tiemble ante un bocadillo por razones de dentadura, pero mientras pueda no debe disgustarse si las prisas o las circunstancias te exigen utilizar este viejo recurso. Casi todos los miércoles me toca alimentarme de esta manera, y no deja de ser un aliciente renovar lugares y materias: el Café-Bar "Roma", el "Mi bar", "Duquesa" o el "Oscense"son sitios donde puedo garantizar buenas opciones.

En Zaragoza también hay establecimientos donde dominan el arte del "bocata"; la zona próxima al Campus universitario está sembrada de éstos: la presencia de estudiantes asegura una clientela necesitada de una comida nutritiva a la vez que económica, y hay pocas cosas que produzcan tanto hambre como unas clases continuadas. Poco después del verano tuve ocasión de cenar de esta manera en el Bar "London", ubicado en la calle Pedro Cerbuna, un sitio que desconocía pero que luego descubrí que gozaba de amplia fama, que puedo asegurar es absolutamente merecida; la carta de bocadillos es tan extensa que uno se puede marear y, si es indeciso, puede tener auténticos problemas de elección. Sus bocadillos se caracterizan por ser enormes, y cada opción contiene un número variadísimo de ingredientes; los fines de semana y, de manera especial, al final de los partidos del Real Zaragoza, el establecimiento se pone hasta los topes, aunque es asombrosa su rapidez y eficacia al servir. A partir de ese ´día, cuando paso por el "Londón" comienzo a sentir ese movimiento interior que produce la cercanía de los buenos manjares, por mucho que como es el caso anden revestidos de aspectos tan sencillos.

En la misma zona está un bar de auténtica leyenda: el "Nevada", situado en la esquina entre Fernando el Católico y la Plaza San Francisco; de entrada lo bautizaría como todo un monumento a la hamburguesa, nada que ver con esas grasientas e infumables que ofrecen por ahí, que solamente sirven para sumar colesterol y hasta infecciones, sino unas hamburguesas genuinamente de carne, primorosamente elaboradas y servidas de las más variadas maneras, todas magistrales. Y, por supuesto, la oferta no se limita al producto alemán, sino que su gama de bocadillos es tan amplia como la del "London", diferenciándose de éste en que su tamaño es más tradicional, y que, en su conjunto, hay una mayor pulcritud de presentación. Estoy seguro que la simple mención del "Nevada", que en mis tiempos de estudiante estaba ubicado en un lugar próximo al actual, provocará en quienes viven o han vivido en Zaragoza recuerdos imborrables, y por supuesto sabrosos.

El bar "Dirham" se encuentra en la calle Fray Luis Amigó, en las inmediaciones de esos edificios cercanos a la Clínica "Quirón" con nombre de piedras preciosas -Topacio, Rubí, Zafiro, ...-. El estilo de sus bocadillos es notablemente distinto al de los otros, pues se caracteriza por una mayor sofisticación, aunque su calidad es equiparable: nivel A. Para hacerse una idea del tipo de "bocatas" que ofrecen basta una muestra de ellos: "Pavo al curry con plátano", "Puding de gambas con mahonesa", "Ternera con curry", "Salchichas con salsa Dirham", "Pollo con champiñon,salsa tártara,lechuga y huevo duro", entre muchos otros. Eso sí, debe quedar claro que los bocadillos no son excesivamente grandes y aquellos que tengan un buen "saque" deberán pensar en pedir algún complemento para que el estómago no les haga recordatorios. El local es más bien pequeñito y tiende a la aglomeración, por lo que si uno quiere cenar con calma más vale que se apunte a la merienda-cena, aunque con mucha gente rodeándote el bocadillo también sabe de fábula; las viandas se sirven con un pan tostadito que perfecciona notablemente la calidad del producto. Vecino a éste es el Bar "La Antilla" de cuyos bocadillos también hablan maravillas, aunque en este caso no puedo dar fe.

Y hablando de bocadillos, uno no puede omitir la mención de los históricos "bocatas" de calamares del Tubo; en estos momentos no puedo dar fe de como anda la oferta, pues me da la impresión de que esta mítica zona zaragozana está muy centrada ahora en restaurantes y bares de tapas -amen del "Plata", que es harina de otro costal-, pero habrá que investigar.


16 comentarios:

paterfamilias dijo...

Humm, los bocadillos. Me encantan. Casi cada noche ceno un bocadillo (mi mujer siempre me dice que eso no puede ser bueno y supongo que se refiere a la salud, porque lo que se dice bueno, es buenísimo)

Como sabes, aquí gozamos de un invento extraordinario: el pa amb tomàquet, que le da a cualquier bocadillo ese toque de excelencia. El único caso en el que no debe emplearse tal invento es ante un bocadillo de jamón serrano, cuando el jamón es bueno (ese jamoncito sudadito... humm)

Bueno, que me ha encantado la entrada y ya, de buena mañana, se me han acelerado los jugos gástricos...

Modestino dijo...

Después de 22 años en Tarraco, lo del "pa amb tomàquet" ya forma parte de mi idiosincrasia gastrónomica, puedes estar seguro.

Los bocatas no son lo mejor para la salud, pero si los comes es señal de que aún estás en época "dulce": aprovecha.

Anónimo dijo...

Hay tal infinaidad de clases de bocadillos.Yo he visto de huevos fritos con patatas,de albondigas....

Modestino dijo...

Pues no tiene mala pinta ese bocata; recuerdo mi sorpresa uno de los primeros días en la mili cuando para almorzar nos dieron un bocadillo de habas tiernas ... y estaba fenomenal. Pensé que era cosa de los militares, aunque luego me enteré que en valencia hacen un bocadillo con cualquier cosa ... de paellla, por ejemplo.

Tommy dijo...

¿Y qué hay de los bocatas de calamar bravo del establecimiento homónimo, actualmente exiliado de su emplazamiento original de la C/ Moneva a la de Cinco de Marzo, antes Requeté Aragonés, y de "La mejilonera", éste sí superviviente de la C/ Moneva? Tiene gracia, un intelectual tan curioso como fue Juan Moneva y ha pasado a la crónica sentimental de Zaragoza por los bares de calamares.

Modestino dijo...

A lo mejor lo de poner esos bares en su calle fue decisión providencial para compensar su excesiva adustez.

El calamar bravo ya no será lo mismo en otro sitio, como le ha pasado a "Espumosos" ...¿y qué fue de "La Nicanora"?.

veronicia dijo...

Bocadillo de calamares del "Calamar Bravo"... una vez fuí de propio por Zaragoza para visitar a una amiga de Castellón y el "regalo" llevarle un bocadillo del Calamar Bravo; que tendrán algunas comidas que nos llevan diractamente a los momentos más felices de la vida!

Un saludo Modestino:))

Modestino dijo...

¿Un regalo envuelto eh papel bonito?;

tomae dijo...

...yo me apunto a los bocatas "rojos" (y tenía una entrada pensada)
a saber, chorizo, jamón, y sobrasada (también con tomate el pan, aceite y unas gotas de vinagre.

El ultimo día de año me tomé uno, más político ... para los que van a Madrid, bocata de calamares amb pà amb tomaquet - es rojigualda-

opinadora dijo...

El bocadillo de paella,no lo habia oido ni visto nunca y dudo que pueda estar bueno.
Por cierto mañana con que nos vas a sorprender?

Mariapi dijo...

Pues si nadie se lo pide...yo me quedo el de la foto...¡Humm!

Modestino dijo...

Mañana puede haber sorpresa, opinadora ... pero si lo adelanto, no será sorpresa ;).

El de la foto es un bocata de jamón, Mariapi ... eso es ir sobre seguro, y si el jamoncico es de Teruel no importa, que también es bueno.

Unknown dijo...

¿Sabes...? Te falta apuntar en Huesca un bar clásico "EL PARÍS" que dan los bocadillos más grandes y baratos de toda la ciudad. Ha sido un clásico especialmente para jóvenes.
Cuando leí el artículo pensé : esta vez se ha olvidado del bocata de calamares...pero no, las últimas lineas están dedicadas a éste.

Modestino dijo...

Pues tendré que averiguar donde está "El París" ... que he de confesar mi ignorancia. Y en el "Candanchú" también me han dicho que los hacen muy bien.

Driver dijo...

Cuando vengas por Madrid me gustaría enseñarte algunos establecimientos hosteleros donde se sirven al día un número tan considerable de cañas y bocatas de calamares que...
...se han visto a algunos de los arcángeles más principales del Reino, aguantar estoicamente largas colas.
Y luego salir volando hacia los cielos, portando una comanda divina.

Tal vez para el Creador.

Modestino dijo...

Que el Creador tome bocadillos me lo hace más humano y cercano.

En Madrid debe de haber maravillas en la materia ... y uno que siempre acaba recurriendo al "VIPS" y su "Fondy philadelphia"