15 de agosto de 2015

Muros que dan miedo


Las redes sociales deben de ser un descubrimiento estupendo, no puedo discutir que su aparición y vigencia suponen un avance notable en el mundo de la información, en la creación de opinión pública, en el sano ejercicio del acceso del ciudadano a la participación pública. Ahora bien, con el paso del tiempo -y con el uso- he llegado a la conclusión de que tienen mucho peligro, que existen personas que han dejado que estas redes protagonicen sus vidas y hasta las convierten en arma con la que hacer "pupa" al resto del personal.

Hace ya años que funciono por Facebook, y he de confesar que el hecho de ser lugar donde encontrarme con personas que por tiempo y distancias no puedo tratar en otro sitio, así como la posibilidad que me ofrece de compartir algún escrito, idea o pensamiento, han evitado que por ahora consume la decisión de abandonar el medio. Ya en su momento opté por no admitir a quien no conozco -en alguna ocasión a quien conozco demasiado- y por cortar con quien invadía mi muro con actitudes o comentarios que me parecían agresivos y molestos así como con quienes emplean su muro  como insistente, y tantas veces agobiante, plataforma o catapulta de defensa de sus posturas personales, sean las que sean, incluso cuando las comparto.

Pero como uno es curioso por naturaleza, he realizado ocasionales y breves recorridos por diversos muros del Facebook, tarea de la que he salido ciertamente asustado, fundamentalmente tras comprobar cómo se ha producido una especie de florecimiento de odios, enconos y revanchismos que hace años parecían enterrados. Leyendo algunos comentarios, afirmaciones o reflexiones he tenido la sensación de que conceptos como respeto, tolerancia, pluralismo, mesura, ... han sido suprimidos del diccionario de bastantes, y que hay personal que necesita escupir al contrario -al que siente como tal- para reafirmarse no se si en sus posturas o en sus propias inseguridades. Por no hablar de dogmatismos, campañas, visceralidades, insultos, intransigencias y demás.

A lo mejor ando susceptible, pero cada día tengo más claro que vivimos tiempos complejos ... vamos a llamarlos así.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como a casi todas las modas también sucumbí a la moda de hacerme de faceboock y tener "un millon de amigos". Tiempo después, también me di cuenta de que exponía mi vida a personas que no conocia o como tu dices que conocía demasiado. Asi que cerre mi faceboock.
A la pregunta de si he perdido algun amigo la respuesta es no. A los cuatro amigos que tengo se que os importa muy poco que me haya dado de baja porque entre otras cosas estoy en el mundo real a un wassap o una llamada de teléfono como muy lejos.

Modestino dijo...

Sería muy bueno difundir el mensaje: podemos vivir sin las redes sociales, o cuando menos las deberíamos poner en su sitio.