11 de noviembre de 2015

Un político de antaño


Helmut Schmidt, que fuera canciller de la República Federal de Alemania de 1974 a 1982, murió ayer martes a los 96 años en su casa de Hamburgo. En los distintos periódicos en papel y digitales abundan las referencias a este político germano del Partido Socialdemócrata y que compartió poder en el mundo de su época con personajes de la categoría de Margaret Tatcher, Jimmy Carter, Ronald Reagan, Leonidas Breznev, Giscard D'Estaing, Francois Mirterrand, Olof Palme, etc. Allí nos hablan de un gobernante de prestigio, un hombre equilibrado, sensato y de convicciones, que a diferencia de otros antecesores como Adenauer o Willy Brandt o sucesores como Helmut Kohl no pasó a la historia por retos tan llamativos como la reconstrucción de Alemania, la apertura al Este o la reunificación, pero que supo aguantar el tipo en temas tan delicados como la crisis del petróleo de los setenta o el terrorismo, tanto interior como exterior. No cabe duda de que es un ejemplo para las clases dirigentes de ahora alguien que supo lidiar con problemas económicos de calado sin miedos ni demagogias y cuyo pulso fue firme ante una hecho como el terrorismo que nunca puede tener justificación y frente al que no cabe pactar.

No seré yo quien diga que los políticos de antes fueron mejores que los que ahora están en el candelero, pero tras morir alguien como Schmidt no puedo evitar echar de menos el estilo, la elegancia y la correción, también formal, de esos dirigentes, sobre europeos, de la época del canciller fallecido. Helmuy Schmidt fue soldado en la 2ª Guerra Mundial, un experto economista y, antes de ser canciller, ocupó cargos de tanto relieve como Presidente de turno del Consejo Europeo, Ministro de Finanzas y Ministro de Economía y Tecnología. Además Schmidt era un hombre culto, alguien que sabía lo que decía, que había leído mucho y no caía en las afirmaciones gratuitas, los tópicos, las frases hechas ni las posturas "políticamente correctas". Llamativa es la referencia del obituario de "El País": "Pese a su afiliación socialdemócrata, Schmidt congenió mejor con líderes conservadores como el francés Valéry Giscard d’Estaing o el estadounidense Gerald Ford, que con los teóricamente más cercanos François Mitterrand o Jimmy Carter. Con su gran amigo Giscard d’Estaing —fue al primero fuera del círculo familiar al que el alemán le habló de sus raíces judías, ocultas hasta 1988— ideó la institucionalización de las cumbres europeas y creó el Sistema Monetario Europeo.".

Tras abandonar el poder, codirigió desde Hamburgo el semanario "Die Zeit" estando casado durante casi 70 años con Hannelore Glaser, más conocida como Loki, que falleció en 2010. Estos datos reflejan también a un hombre con preocupación intelectual más allá de la política y un esposo fiel, aunque en los últimos años alguien habló de alguna aventura más allá de su casa familiar. En definitiva, un político de los que se echa de menos.

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